04 septiembre 2006

Reflexión

Le pedí a Dios. Le pedí a Dios estar en primera fila... Él me colocó en el último lugar para que conociera la paciencia y la humildad. Le pedí ser el centro del mundo... Él me enseñó que la vanidad me aparta del centro de cualquier cosa. Le pedí a Dios un auto que viajará veloz... El me concedió un paso firme por el sendero correcto para que no atropellara mis sentimientos. Le pedí tener una mansión pero... Él me dio una pequeña casa llena de ternura y amor. Le pedí poseer dinero para tener muchos amigos pero...Él me concedió algo mejor; me ofrecio su amistad no a cambio de mi dinero sino de mi sinceridad. Le pedí a Dios poseer muchas belleza y sin embargo...Él me dio sensibilidad y belleza espiritual para que no me sintiera más que los demás. Le pedí a Dios ser siempre felíz, pero... Él me hizo conocer la tristeza para que comprendiera que la vida no solo esta compuesta de cosas bellas y para que tuviera compasión por el sufrimiento de los demás. Le pedí un caracter fuerte pero... Él me concedió un corazón blando y un caracter pasivo para que pudiera amar y ayudar a los demás. Le pedí tener el mundo a mis pies pero... Él me hizo comprender que es mejor tener amigos de corazón. Por todo eso Dios mío...nunca me concedas todo lo que te pido... concédeme lo que hasta hoy he tenido la dicha de poseer. (Autor desconocido).